Para hablar de CCO (conciertos capital del oeste) me parece necesario hablar de una necesidad preexistente.
Considero que el oeste, (refiriéndome a la zona oeste del conurbano de Buenos Aires) viene atravesando desde hace un tiempo un momento cultural y específicamente musical con mucha riqueza, frescura y originalidad.

Este ciclo ya tiene 6 ediciones que se dieron en tres lugares distintos. Los primeros en el taller de Iván, un artista plástico amigo. Los siguientes en la Casa Cultural “La máquina de hacer pájaros” cerrada en marzo de este año y los últimos en El Transformador de Haedo.

Ante este contexto, la existencia de un lugar que nuclee diversas formas de la música experimental nos parece con mis compañeros algo fundamental.

Cuando hablo de experimental me refiero a su raíz etimológica, fuera de toda carga peyorativa. Siempre me molestó que haya un cierto pensamiento de que la música experimental (deviniendo más que nada de la música contemporánea/académica) es solo para pocos: La burguesía y la “alta cultura”, cuando la experimentación es mucho más necesaria cuando los medios quizás no son los suficientes y cuando, de nuevo, la experimentación se convierte en una necesidad primal.
De esta manera, los conciertos de CCO proponen en cada edición una “zona temporalmente autónoma” bajo conceptos distintos a otras ediciones. Así hubo conciertos que se basaron en la electrónica, la improvisación, la guitarra, el intérprete solo y el ensamble, etc.

Entonces la idea no es que sólo las obras que se tocan en los conciertos sean de carácter experimental excluyentemente, si no que el todo del concierto funcione como un ente propio con una estética y un concepto definido, pero sin saber el resultado.

No queremos que se piense a CCO cómo una bajada de línea: nos gusta esto y lo proponemos por qué es lo que está bien o porque es cómo se “debe” hacer. La propuesta pasa por intercambiar conceptos e ideas, visibilizar inquietudes y generar pensamientos nuevos y que no sea una comunicación del tipo emisor-mensaje- receptor y se quede ahí.
Lo interesante es el ida y vuelta, la proliferación de ideas y su inmediata modificación.

Por eso, la idea a futuro es que CCO no funcione sólo como una plataforma de conciertos si no también cómo un laboratorio de creación y un lugar para que todxs los que estén interesados puedan aportar sus pensamientos y creaciones.

Para esto estamos en búsqueda de un lugar físico que funcione todo el tiempo y no solo durante los conciertos para que puedan ocurrir otras actividades cómo seminarios, convocatorias de composición, jornadas de pensamiento, etc.

También creo que es necesario la comunicación con otros entes (agrupaciones, sellos discográficos, universidades, conservatorios)

Finalmente a modo personal, transmitir que CCO está abierto a la comunidad sea cual sea su disciplina. Y compartir, que la vida pase por el tamiz de lo musical del pensamiento a la acción y de la acción al pensamiento. Lo cito a Juan Marco Litrica, uno de mis compañeros: “ yo quiero yo creo yo apuesto a forzar y desviar la cultura actual a crear con nuevos paradigmas no contaminados con la resaca de la sociedad pequeñoburguesa y neoliberal, animarse a crear/intentar nuevos pensamientos, conceptos e ideas para realizarlas y provocar la crítica y así crear una nueva política, más bien menos mal, paradigmas para una nueva forma de tomar decisiones y acercarse y animarse a otro humano que quiere sacarse el virus/troyano de lo civilizado.
Me hace feliz que la gente pueda “hacer” y es por eso que estoy en esto, e invito a todos y todas a participar de la forma que fuere. Estemos juntos, generemos que hay mucho, muchísimo material.“
Gracias por el espacio y por trazar redes de pensamiento y reflexión, para mí tiene un gran valor.

Por Julián Massa.

CCO somos: Juan Marco Litrica, Catriel Nievas, Julián Massa, German Troiano, Ruben Rateno.