¿Cuáles cree que son los límites dentro de la improvisación, piensa en reglas/patrones (por llamarlas de algún modo) prexistentes?

Si fuera posible viajar en el tiempo nos encontraríamos con un Bach, Mozart, Beethoven, que estaban habituados a improvisar melodías y estructuras. De hecho en esos días existían las “competencias” en las cuales la importancia radicaba en explotar al máximo la capacidad creativa e individual como instrumentista, con un desarrollo sofisticado en la forma y la cuestión melódica o escolástica.

Digo esto porque creo que a la hora de improvisar es importante que tengamos en claro qué decir, esté en un papel o no, lo importante es que esté dentro de nosotros. Si este paso falta en mi opinión es como hablar palabras sin la metáfora o peor todavía sin la sintaxis, entonces no se puede generar un discurso de ida y vuelta con quien escucha.

Los límites en la improvisación existen y quizás los marca la misma pieza que se está desarrollando. Para ello lo más importante es alejar el propio Ego y ampliar la oreja.

Aquello que Schaffer llamó la Escucha Reducida, puede orientarnos. Escuchar al otro o hasta quizás comprender su discurso sin ser ejecutado. Saber hacia dónde va o iría el discurso del otro. La pirotecnia sonora y cliché virtuoso debe estar al servicio de la pieza y no a enaltecer la individualidad.

Ver a la improvisación de manera abstracta nos lleva a pensar en la consciencia real de ese tránsito, ¿qué tan consciente se es? ¿Cómo percibe el tiempo?

Si bien la música tiene la posibilidad de ser subjetiva y que cada uno pueda encontrar una sensación personal, tal abstracción se encuentra sujeta a la forma. Tomando las palabras de mi maestro Jorge Sad, es importante que podamos encontrar en la improvisación la forma. Más allá que no haya una partitura convencional, nuestra cabeza funcione como una unión entre los ejecutantes para que el discurso sonoro que se desarrolle, tenga sentido y una finalidad. Imaginarse la partitura. No se trata de dejarse llevar por el aire y la “energía” sino encontrar qué es lo que se quiere decir, por qué ese sonido y no otro, por qué esas articulaciones, ese orgánico y muchas cosas más que hacen al desarrollo de la pieza. Más allá de la tendencia de las musicas actuales que tienden a una demagogia sonora, creo que el camino de la búsqueda sonora tiene más que ver con la apertura a la escucha y buscar una poética en el discurso para que podamos desarrollar mejor nuestro mensaje, en este complejo medio que es la Música.

¿Dentro de las diferentes líneas en de una improvisación tiende a buscar una línea de confort, una repetición? ¿Cuánto antes de variar cree haber pensado una línea?

Es interesante el tema de la repetición, si lo pensamos en relación a como las formas desde una Sonata o una canción reiteran las estructuras. Habría que ver si la reexposición en realidad es exactamente eso, pues ya ha sido escuchada, cuando aparece ya no es la novedad sino que nos pone en un cierto resguardo. Sin embargo, creo que es importante estar sumamente atentos a la repetición o a la utilización de loops para no caer en lugares comunes y de referencias innecesarias. Es importante aprender a manejar el tiempo y administrar los recursos para no ser obvios. Aprender a manejar esa energía y conocernos sobre cuáles son nuestras virtudes y defectos para no perder el eje. No ser ansiosos y obligarse a buscar otros horizontes que los explorados por nosotros mismos, ir a lo desconocido.

Así como la canción parece agotarse y resurgir en su forma. ¿Cree que la improvisación se agota en sí? ¿Qué formas nuevas cree que le ha suministrado para componer?

Si la improvisación se agotara, no surgirían más músicos como Roy Hargrove, por nombrar uno. Pero en realidad la improvisación es encontrar por medio de lo que ocurre en el presente inmediato una forma de expresión sumamente enriquecedora en la creatividad, que pueda contar una sensación de nuestra propia sensibilidad.

En mi historia particular, la improvisación ha aportado mucha dinámica y frescura en relación a mis composiciones. El estudio de la música del siglo XX que humildemente acabo de comenzar, me está brindando herramientas no sólo de la técnica sino de la metáfora y poética, para que mis músicas sean lo más parecidas posible a lo que mi propia percepción indica.

Después de todo para eso es la música, una vía de comunicación de sensaciones personales que deseamos compartir con otro, con una herramienta tan amable y bella como el sonido, que sin ser tangible puede llevarnos a la risa más fuerte o al llanto más profundo, como así también a la reflexión acerca de nuestro ser.

No creo que se agote como recurso, siempre y cuando no se tome como una moda que llame la atencion de los mercados de turno.