Mendoza es una especie de pueblo grande donde todos los de una misma movida se conocen y saben de dónde viene cada uno. Un lugar donde no es tan sorpresivo encontrarse a una cara conocida por la calle. Hace 12 años que vivo en esta ciudad de recorridos rectangulares y encuentros impuntuales, atractiva por las nubes de granizo y las firmes montañas hacia el oeste, pero con una sociedad de base conservadora, ahora un poco más abierta.

Entre todas esas cosas, la necesidad de hacer música y salir a tocarla está tan latente como en cualquier otro lugar.
Desde mi arribo que estoy en búsqueda de bandas locales que me levanten las orejas, recién un par de años atrás las encontré. Actualmente, las bandas de Mendoza están pasando por un gran momento creativo. Hay de todo. Proyectos interesantes de rock alternativo, músicos que acarrean muchos años en la escena, una nueva camada de bandas que “se portan bien” y alguna que otra que se la juega.

El Plagas Festival (PF) se alimenta de los músicos que se la juegan, y les da prioridad. A veces invitamos a algunos de los cuales dudamos si se la juegan o no, para que la pelen en vivo. Y en algunos otros casos invitamos bandas de otras provincias. Pero la idea es tomar piezas de las micro-movidas y sellos locales existentes para hacer una combinación sonora atractiva y única.

El movimiento local de bandas es similar en estructura de egos al de cualquier otro lugar. Tenés a la banda exclusiva semi consagrada, que hacen fechas generalmente solos o con bandas muy amigas. Están los que se bajan de un Plagas Festival al enterarse que también tocaban esos otros con los que se detestan. Están los que a cuentagotas esperan hasta el final para que las otras bandas lleven todo el backline. Hay grupos que aceptan participar de una sin preguntar quiénes más van a tocar. Y, entre muchísimos ejemplos más, nuestros preferidos, los que captaron el espíritu del festival y lo bancan a nuestro mismo nivel.

A mí, como músico (toco en Los Objetos Inanimados y en A CASA), me gusta hacer fechas distintas, compartir escenario con bandas con las que nunca tocamos, volver a tocar con bandas que me gustan o que quedó buena onda, conocer otros músicos, intercambiar conocimientos, experiencias y que quede buen feedback.

En los Plagas Festival nos basamos en pilares conceptuales de igualdad, en la que llamamos Difusión Horizontal: todos los artistas son igual de importantes y no los elegimos de acuerdo a nuestros gustos particulares o por amiguísimo, sino por el peso de su alma musical, por la importancia de su existencia en este momento y en este lugar de la historia.

El orden de las bandas se da por musicalidad y no por quiénes llevan más o menos público. Intercalamos bandas nuevas con otras más conocidas proponiéndole al espectador un menú completo, que le permita conocer artistas que no conocía. Esto lo hacemos mezclando los públicos que acarrea cada banda, a veces similares y otras muy distintos.

Actualmente, con seis ediciones al hombro, las propuestas del festival para con los músicos fueron mutando. Comenzamos con ideas que fuimos concretando recién pasado un cierto tiempo, cuando ya lo básico fue andando en piloto automático. En todas ellas desafiamos a los músicos a que nos muestren la pulpa de lo que hacen.
A una la llamamos REDUCCIÓN MARATÓNICA DE BANDAS X 15 MINS. Suelen ser entre 7 y 10 bandas que tocan sus canciones durante 15 minutos, con una configuración de banda ideada para la ocasión y fácilmente montable/desmontable.

En el próximo PF vamos a probar una nueva a la que llamamos “CONFESIONARIO: X historias, X canciones”. Existe un escenario especial en el cual se sube un sólo músico por vez quien, luego de contar alguna historia referida a una canción de su autoría, finalmente la toca y luego se va.
Intentamos que cada PF tenga un concepto en particular y que sea único. A veces las ideas se pueden desarrollar bien y a veces sale como sale. Pero siempre le metemos las mismas ganas y amor como valor agregado. Ojalá desde afuera se lo pueda percibir.

Por Crisman Chavarri (Los Objetos Inanimados)