Hay que curar de espanto al espantado o al espantoso que dice “escribí sobre los mejores discos del año para indie hoy”.
Y así se señalan dos cosas, primero: “Esta es mi baba de babosa” y segundo “su propiedad es que es invisible”. Aunque de refilón, uno la ve. De manera oblicua uno ve la baba que brilla seca: el camino de la babosa, o el camino del arrastrado. Y según parece -ha sido y es- ese camino el que dibuja un trayecto hacia algún lado.
No hablo de argumentos o razones encontradas en sonidos. Ni de los ilusionados humanos pasantes que bien intencionados colaboran, sin saber que las buenas intenciones son el camino hacia el infierno. Las IA también producen buenamente…
Hablamos de música y medios.
Los medios son muy del medio: tedio. Y entre lo seguro… la superficie no revela lo oído en lo bajo, el rumor de lo nuevo. Aunque quizás en aquello poco iluminado tampoco haya nada que señalar. Está ahí. Si nos preguntaran acaso, lo sabríamos.
Por otra parte, la compulsa y el guarismo de las cifras de escucha de Spotify dejan perplejos a cualquiera. Y semejante tiempo de escucha no sorprende a nadie. Una vida de música y música que pasa sin alto. Solamente información, bruta información que también embrutece. Y la vida sigue bruta, sin cuenta…

 

P. Podestá, Bs As
dic 2024