¿Qué crees que define o determina el sentimiento de “latinidad”?
Me es muy difícil generalizar o determinar un sentimiento teniendo en cuenta la inmensidad de este continente, pero si estoy segura que existe un concepto desde una perspectiva muy “yankie” sobre la latinidad que es demasiado acotada, se tiene una imagen más bien centroamericana con música alegre, salsa, calor y demás.

Yo también me siento “latina” pero mi latinidad no tiene que ver tanto con ese concepto establecido, yo soy del sur de Argentina donde el clima es muy hostil gran parte del año, la música tiene una impronta más agresiva, es un contexto bastante industrial/petrolero, fuera de lo que se cree “Patagonia turística”. Me gusta mucho trabajar para lograr con mi música ampliar los horizontes de ese concepto.

¿Qué aspectos de la hiperconectividad influyen en la realización y producción de tu música? ¿Dirías que es más sencillo poder producir en México que en Argentina?
Para mí fue súper importante la hiperconectividad, cuando empecé a acercarme a la música básicamente los cibercafés fueron el contexto principal. Como no tenía buena conexión en casa, aún dial up, iba con cds vírgenes a grabar toda la música que otras personas descargaban en los cybers, todo para tener posibilidad de conocer aún más. De esa manera también conocí a muchas personas que a pesar de estar lejos tenían las mismas motivaciones musicales o sonoras, eso fue súper clave cuando empezamos con HiedraH Club de Baile. Queríamos hacer una fiesta con música que conocíamos solo por internet pero en verdad como era todo tan nuevo ni siquiera esa música pertenecía a una escena o género musical, crecimos en ese proceso de conocernos y alianrnos por internet con productores de homestudio, creo que estar en contacto hizo que a su vez nos influenciemos los unos a los otros a la hora de producir música pero también a la hora de crear una escena materializada en fiestas periódicas. Conocimos a NAAFI por internet y hoy por hoy seguimos conociendo nuevos colectivos artísticos o simplemente un pequeño grupo de amigas que como nosotras cuando empezamos hiedrah, sólo teníamos la inquietud de hacer algo que nos identifique.

Siento que México es de alguna manera la capital de Latinoamérica, muchos medios de comunicación hacen base en México, se mueve dinero a través de marcas que aquí es imposible, y al ser un país muy clasista en términos culturales es difícil acceder a esas facilidades como un sponsoreo por ejemplo, todo queda entre amigos de un sector más “acomodado” y las posibilidades no se diversifican.

Definitivamente sí considero que es más sencillo producir en México en términos económicos y también a niveles de logística por su ubicación. Yo, por ejemplo, puedo tourear más accesible en cuanto a los precios de tickets de avión desde DF que desde Buenos Aires. Allá existe una escena más íntegra entre las diferentes fiestas/djs y acá siento que al ser más clasista se vuelve más sectario, muy pocas veces invitan a tocar a mis amigos de hiedrah fuera de nuestra fiesta, por ejemplo, todo queda muy entre crews.

¿Qué músicas descubriste durante tu estadía afuera?
Básicamente siempre estoy afuera, hoy mi “afuera” es Sudamérica y sí, en este viaje conocí artistas que me encantaron como Adriana Navarro, Camposanto, Escorpio, Sasha Satya; antes no había casi nada pero ahora me deja muy tranquila ver que hay gente animándose a continuar lo que de alguna manera trabajos desde HiedraH.

Con respecto al paso del tiempo, meses, años, afuera de Argentina ¿Pensás que cambió tu relación con la geografía sonora de acá? ¿Qué sensaciones nuevas descubrís al reescuchar música que está unida a un lugar como este? Siempre y cuando veas una relación, unión.
No cambió sino todo lo contrario, siento que desde que me fui de Argentina, mi sonido se redefinió mucho más, influenciada por música del sur como la cumbia, el cuarteto, el comercial (género musical del norte de argentina). Quizás al estar tan lejos eso hizo que valore desde un lugar más romántico, la música con la que conviví a diario por años.

Antes quizás sentía una obligación cultural valorar mi música popular, hoy me doy cuenta que inevitablemente habla demasiado de lo que somos, no sólo desde sus letras sino también desde lo sonoro.

¿Qué crees que tiene para ofrecer o innovar el reggaetón o la escuela de este género a nivel producción?
Siento que no tiene que ofrecer nada, no me gusta poner a las expresiones musicales en un plano de educación, para mí la música solo es expresión sentimental de lo que somos, si bien luego recae en lo más salvaje del capitalismo al convertirse en parte de la industria musical que mueve excesivo dinero, como pasó con el reggaetón. Hoy es lo que más influencia al pop actual, pero no es necesariamente reggaetón aunque se utilicen samples en una canción de Lali Espósito. El reggaetón o cualquier género musical que haya nacido desde el underground como expresión de un sector marginado puede llegar a lo más alto y popular, pero su esencia en cierto punto algo pierde y más si es apropiado por gente que no tiene nada que ver con el contexto donde nació.

¿En qué consiste el proceso creativo musical que llevas a cabo? ¿Cómo compones habitualmente? ¿Cuánto influye la pista de baile en tu música?
Yo juego todo el tiempo aunque soy bastante adicta al trabajo, aprendí a producir primero entendiendo la pista de baile. Siempre quise hacer bailar, empecé por el rol de dj y hoy lo agradezco porque siento que hay ciertas estructuras a saber antes de producir música para el club. Me gusta trabajar haciendo música como si fuese una oficinista, me levanto muy temprano para ir al estudio y dedicarle horas jugando sampleando, sacando melodías en el piano o como sea, eso es lo que más me gusta de hacer música electrónica, hay demasiada libertad para llegar a la inspiración y concluir en un track.