Martín Roveda – Fragmentos

“Se entiende a la música experimental no como la descripción de un acto que será juzgado en términos de éxito o fracaso sino simplemente como un acto cuyo resultado se ignora”

Un año de grabaciones libres se fueron acumulando en unos casettes sin consciencia operativa, la música en esas cintas era un cúmulo de momentos. Intervenciones experimentales sin carácter alguno. Metido en los sonidos Roveda fue buscando y encontrando puntas a fin de hallar sentidos posibles. A esta totalidad, para nosotros inaccesible, no se llega jamás y se transforma en un ideal, que sobreviene en forma de otra totalidad. Entonces, ingresamos por la parte del todo y ahí radica el principio que domina y denomina fragmentos.

En los pasajes de edición y montaje se rompe la linealidad del tiempo. Ingresamos a uno nuevo. Donde las bases electrónicas tienen ritmo urbano e imprimen pasos imaginarios que se pierden en escalones de estaciones. Rostros anómimos, desdibujados. Los lugares posibles, se encuentran en los títulos de la obra: son sus accesos.

Fragmentos es un disco electrónico que por su modo de construcción y capacidad de generar imágenes es cercano al cine. ¿Ocurre esto a la inversa? ¿Pueden pensarse en pelíuculas que les evoquen música? Martín elabora un disco que en la inmanencia de los sonidos configura una apariencia simple pero que no lo es, porque en ese trasfondo imaginario y sonoro que fue trastocado por el bien del artificio, operó y no dejó huellas la consciencia más experimental.

La cita que inicia este texto es de J.Cage.

Por Diazckovic

Descripción

Este material se configura como un pastiche de improvisaciones recortadas y registradas durante el transcurso de los años 2012 y 2013. El carácter de improvisación no solo se aplica a la música, sino también al modo en el cual fue registrado este material: íntegramente grabado con una Tascam 424 durante distintas noches y sin ningún cuidado ni especulación técnica para facilitar los trabajos posteriores de mezcla y masterización. De este modo el material propuso así sus limitaciones sonoras. La masterización se realizó con el propósito de levantar el volumen general pero respetando la dinámica de las tomas con su espontaneidad y sus diferentes matices. Queda para el oyente la consideración de darle o no, un poco más de volumen a los dispositivos de audio que utiliza a fin de realzar la música.

Martín Roveda: Guitarra, Bajo, Boss Dr-110, Octapad, Trompeta, Voz, Cintas
Juan Facundo Brinville: Saxo (2, 3, 5, 11)
Martín Couchot: Bajo (13)

Arte de tapa:
Matías Ardiles (Fotografía) y Agustín Armanino (Diseño)