Punk
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Moretones – Gutural
$120Poco ejercicio denota el post-punk en este país, pero cuando se manifiesta, es para hacerse notar. Es lo que logra Moretones con su álbum Gutural, dar una nueva impresión de un género que parecía perdido y que recupera su vigor gracias a su poco ortodoxa y muy rabiosa interpretación.
Por Sebastían Diaz Guevara para El Club del Rock
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Ostende – Las pasiones no están muriendo
Hubo dos años en los que Ostende tocó muchísimas veces, dos años en los que tuvieron una lógica de ensayo demencial, algo así como tres veces por semana. Por esos años gabaron Ep y un Lp que consideramos cumbres del screamo nacional, Juventud Psicoactiva y Japón respectivamente. Luego sobrevinieron cambios de formación, inestabilidad y quietud. Las pasiones no están muriendo entendido primero como proceso es: un reestructuración y ver qué pasa.
Y verdaderamente pasó. Las pasiones es un disco tan preciso como nostálgico. En este sentido podría haber sido un tango, pero no. El emo encausa la nostalgia como una mezcla disonante, acordes menores, rabia y fuerza. Y acaso ¿hay algo más vital que gritar? Toda depresión entonces queda descartada y Ostende conoce las mañanas del género y Tzzi: lo supo hacer de nuevo.
Homenaje solapado a La quiete en Fink- Puig- Martínez. Una línea de tres que aprovecha lo mejor de cada quien, de años de conocerse, de saber lo que pone y da el otro. Espalda con espalda la base hardcore y el pulso de 180 o 200 bpm ya no es estricto, sino que la experiencia, el conocimiento, les ha dado mayor soltura y desparpajo: ahora también pueden coquetear con la murga.
Las pasiones es una exploración a la nostalgia de lo que no será y sin embargo, Las pasiones deben seguir. La panadería, espera. La Morón City también. Ahí nace el mito de la “O”, el que decía: “hoy lo vamos a dar todo”.
Por Joaquín Diazckovic
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Trash Colapso – Evil Swing 69
1. Subirse al Sarmiento en Once.
2. Evil Swing 69.
3. Play.
4. Mirar por la ventana.
5. Bajar en Moreno. -
Viajes – Grasa Dulce
$20Pienso en Viajes como un emplazamiento arquitectónico obsesivo donde lo que importa no es lo que se dice. Sus temas no dicen cosas sino que exploran climatologías sonoras. Grasa dulce es lo último que publicó Viajes. En este material se pueden percibir ciertas dinámicas que ya son caracterizas y están presentes en sus trabajos previos. Al mismo tiempo en Grasa Dulce ocurren algunas novedades en cuanto a instrumentación. Además el disco se cierra con un énfasis en una sonoridad electrónica que aparece por primera vez en la banda y quizás ilumine sus trabajos próximos. Aquí un desglose de cada parte del Ep:
Amigos de las joyas: una suerte de surf rock etéreo, guitarras repetitivas, ciertos sonidos atmósfericos le otorgan una cremosidad opaca donde flotan melodías circulares. Una canción muy en línea a los discos previos.
Grasa dulce: linda entre el postpunk y el kraut. Quizás el track con más sabor del disco. Hay un tinte electrónico muy sutil. Se cierra con una jam y el toque justo de ruidismo.
Nueva Atlantis: quizás donde radica la novedad en la dinámica. Una canción muy en línea con las anteriores. Bajos muy presentes, mucho ritmo, baterías repetitivas, voces difusas y cierta atmósfera opaca en la que sobresalen las voces femeninas y las melodías de guitarra. La novedad (y quizás lo más llamativo de todo el disco) es como el track se metamorfosea y de repente nos encontramos escuchando una electrónica oscura que coquetea con el sonido industrial y el ruidismo sin dejar de lado groove.
Por Martín Couchot
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ZAT – Emblemas que triunfan abandonados
Un repertorio de sonidos fácilmente reconocibles se dejan lugar y proponen una escucha clara sin demasiados planos sonoros. La carencia es energía. Cada golpe de tacho, cada golpe de platos es una verdad. Continuos cambios de clima a través de riffs de guitarra que exploran modos, cortes y juegos rítmicos sobre una misma tonalidad.
Por Javier Nicodemo.
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ZAT – Oleadas
“¿Qué quieren de mí?
cuando tengo algo que decir lo digo
cuando tengo algo que dar lo doy”
La dimensión política al servicio de la música una vez más entra en juego. A partir de este movimiento la música quiere decir otras cosas. Aunque nadie diga una palabra, las cosas se dicen, en los títulos, entre acorde y acople, se dicen. Y arremete la voz de disconformidad que chilla. El resentimiento encausado nos deja siempre boquiabiertos. Nos muestra que estábamos excesivamente cómodos. La crudeza del sonido requetecrudo-bien-grabado nos apabulla, nos hace vibrar la membrana de las sienes. Imposible darle la espalda a semejante resentimiento, imposible negar la belleza en ciertos géneros.
Por Joaquín Diazckovic